entonces ¿te habías mojado antes de la lluvia?

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llego a su casa empapado por la lluvia de afuera. me ofrece una ducha, una toalla, un café y mate. apenas lo miro a los ojos, me sonrojo, tiemblo, vuelco la taza, derramo el café; tiro el mate, el agua y la yerba. él limpia todo con paciencia. se ríe de mis nervios (no soy torpe).

qué rico huele tu casa. ¿sí? ni idea, ¿qué será? no, no es lavanda. no es eucalipto. no es romero. es un olor dulzón, tenue, que no logro identificar. sí: es riquísimo. una mezcla de rosas que trajeron con romero. quizás algo de ajo.

prepara otra pava. cambia la yerba. trae un budín casero, lo pone todo sobre la mesa. la materialidad de la situación me complace y amenaza. sí: estoy allí. sí: estamos hablando en persona. tiene un cuerpo, tiene una mirada, tiene un calor alrededor de sí y ocupa un espacio, por el que además se desplaza y consigue mover los objetos hacia él, desde él, transformarlos, cambiarlos de lugar. agarra las cosas entre la primera y la segunda falange (no las empuja con la primera, ni con las yemas de los dedos, no los clava sobre nada). 

mientras me sirve la merienda charlamos de nuestras vidas, como si no lo hiciéramos a cada rato, todos los días. no todas son novedades pero se sienten frescas, espléndidas. quiero saberlo todo.

¿qué pensás del libro ese de sam shepard? no sé, leí un poco y me gustó. pero ¿sabés qué pasa? mi cuerpo se crispa ante ciertas frases. no es la literatura: es el sexismo. sí, te entiendo. algún día todo será recanonizado, reordenado, rescrito para que lo podamos leer. ¿quiénes? los seres como nosotros. ahre. las personas dirás,¿cómo nosotros? sí, como vos y yo; como vos y yo, los dos, juntos, y todos los que somos. ahre.

no termino de saber si dice cosas grandiosas y me mueve o si me calienta tanto que encuentro alucinante todo lo que sale de su boca. todo lo que toca con su cuerpo.

les que sobrevivimos a los chabones, a sus caprichos, a sus golpes, a sus embates. les que sabemos leer las entrelíneas, quienes detectamos el discurso de la violencia del patriarcado, tendemos a no lograr apreciar ciertos autores, ciertas obras, ciertos cánones. por eso me gustan los fanzines que me pasás. seh. por eso prefiero la poesía de mierda que escuchamos la otra vez, ¿no? no diría que es una mierda. pero formalmente, sabés que no sobrevive una crítica literaria, ni siquiera una progre... bueno, depende: si algune muere dramáticamente, une progre le va a descubrir, enaltecer post-mortem, motivar miles de papers y transformarlo en una joya de la contra-cultura. ajá. pero a condición de que sea solo una -o a lo sumo tres- pero no más de uno o tres héroes-sobrevivientes de la contra-cultura, para que la nueva crítica desprecie todas las otras expresiones y reivindique aquellas como "la original". quizás en vez de matarnos como autorxs, matar a lxs autorxs. es difícil hablar de muerte y pronunciarlo con x. ¿preferís la e? te prefiero a vos. cortala, salame. qué bien, preferís la e.

miro sus labios moverse, miro cómo salen las palabras entre sus labios, empujadas por su lengua, las acaricio en un ensueño, trato de que su saliva me salpique al hablar. gesticula amplio cuando se apasiona en la discusión. guardo polémicas bien adentro. me gusta que se sumerja en su argumento. le contesto para que siga haciéndolo. soy hábil para encontrar los puntos que lo prenden fuego, aunque lo que me importa en realidad es mirarlo y escucharlo convencerme de lo que sea. ojalá podamos seguir así, convenciéndonos de lo que sea.

como le pasó a ioshua. toda la vida buscándola. la vida, digo. buscándose la vida. en ferias, en fiestas, pidiendo favores a los amigos. a algunes les gustaba lo bizarro del personaje. a otres les parecía una mierda, insuficiente, gilada. a poques les conmovía y apostaban por él, de alguna manera. no sé si le habrá salido alguna cosa, algún subsidio, algo que le permitiera rescatarse un poco, no estar en la lona y morir malamente. nadie quiere lidiar con nosotres después: estar en la lona, consumir demás, enfermarse de todo lo que hay (porque todo nos enferma). ¿pero decís que lo maltrataron? no sé, no sé tanto. solo digo que después quienes no la veían, quienes ya no podían estar a su lado o quienes nunca lo habían intentado se sienten bendecides por tener sus obras completas y haber compartido noches de vómitos. de repente, garpa, es reconocido, todes fuimos amiguis. ¿y vos? yo también. ¿vos también? yo también lo dejé tirado. bueno, tranka, seguro que no fue tan así... te digo que sí, no me pongas en el lugar de tratar de convencerte de que sí.

 quisiera que fuera él quien me convenza de amarnos, de sacarnos la ropa. que dijera sigamos discutiendo en la cama o aprovechemos la mesada de mármol de la cocina. quizás mejor: seguir escuchándolo argumentar con energía, mientras me pongo de rodillas y le bajo la ropa para chuparle la pija. seguiría hablando, apasionándose cada vez más en el ritmo de sus cavilaciones, subiendo el tono de su voz hasta gritar sus ideas y dejarlas explotar en el aire, derretirse por mi cara y mi pecho.

ya no está amargado, ya no está enojado. seguimos hablando de literatura. mala literatura. la que nos hace justicia.

me pierdo en sus vaivenes, miro sus brazos al gesticular y los imagino adentro mío. creo que puede llegarme hasta el fondo. podríamos hablar por horas, hasta las seis de la mañana.

se da cuenta de nuevo. estoy rojo, morado. se ríe. se me seca la boca y se ríe más. quiero que me done su saliva, no puedo mover la lengua de los nervios. me va a dejar en paz. no quiere molestarme con eso. se me nota. todo se me nota. puede pedirme cualquier cosa. pero no me la pide.

me cuesta concentrarme después de eso. cuando me humilla, creo que lo nuestro es algo y que en cualquier momento lo voy a sentir crecer adentro mío. en forma de promesa, en forma de amor intenso, lo voy a sentir adentro mío.

en algún momento cambiamos de tema.

lo miro a los ojos. suspiro para llenarme de ese perfume.

¿creés que queden terrenos a salvo de la inundación en buenos aires? parece que sí. en las costas y en algunos sectores va a avanzar el agua. puedo compartir un simulador de inundaciones que circula por internet, mirá: https://coastal.climatecentral.org/. el problema no es solamente o principalmente el de las inundaciones, sino que va a haber cambios de clima. ¿qué significa eso? que va a haber problemas para la agricultura, que va a escasear el agua o se va a contaminar, que va a haber desequilibrios en el ecosistema, enfermedades, pandemias, éxodos masivos... y un sistema social que va a colapsar, necesariamente, porque ya está colapsado en verdad. porque las lógicas de acumulación capitalistas hace que se mantenga colapsado y ante el menor cambio, si hay situaciones de emergencia, ese colapso se transforma en desborde, en sálvese quien pueda. ¿pero no creés que van a surgir formas de organización, de resistencia o de solidaridad? es más, ¿no creés que el sistema es capaz de reciclarse? sí, pero no se trata de eso si todo empieza a pudrirse. desde luego que creo y mantengo la esperanza en que haya grupos o comunidades que puedan organizarse con otras lógicas, como pasa ahora, en la adversidad más adversa. pero también hay de lo otro: también hay grupos de saicos que actúan en formas impredecibles... bueno, ¿pero cuánto falta para esto, no tenemos tiempo para seguir viviendo así? no sé, lo dudo. pero a la vez, es paralizante, es difícil salir del día a día para organizarse... bueno, relajemos un poco que no quiero pensar en eso ahora. tomate un mate.
se acerca un poco para darme el mate y me roza, huele dulce, huele intenso. quizás un poco ácido. 
tendríamos que aprovechar para vivir la vida ahora, ¿no? antes de que se pudra todo con el fin del mundo.
succiono la bombilla de una vez tomando todo el líquido, mientras lo miro fijo. inspiro profundo:
¿qué perfume usás? qué rico.
no me puse perfume.
¿te podés acercar un poco que quiero sentir tu perfume?
ya te dije que no me puse ninguno.
me duele que se aleje. su olor y su cercanía me erizan la piel. lo miro mirarme y no puedo creerle cuando me dice que no le pasa lo mismo.
¿y si nos vamos?
todavía me queda un año de alquiler.
lo hablamos en unos meses y nos vamos.
¿con quién más?
no sé, vos y yo. no me importa el resto.
¿me estás tirando onda de nuevo?
no sé, te estoy diciendo que nos vayamos a hacer realidad nuestros blablás de vida.
¿blablás?
lo que sea, nuestras utopías, lo que nos llenamos la boca hablando...
¿pero me estás tirando onda o no?
¿y si te tiro onda, qué pasa?
que te dije que no, me incomoda. si te lo digo una vez e insistís, el del blablá sos vos.
ta, listo.
no te pongas tan serio, tampoco.
vos tampoco.

fijo en él la mirada. tengo que resistir el impulso por levantarme y agarrarlo de la cara, apretarlo contra mi cuerpo, meterle la lengua hasta el esófago.
se levanta y pasa por detrás de mi silla. me pongo un poco en guardia, quedo atento. quiero olerlo de cerca. no le creo que no usa perfume o algo. sospecho que se lo puso para recibirme. igual que esa remera punk sin mangas, igual que esos borcegos que por qué otro motivo usaría en su casa.

me trae otro mate y me propone cambiar la yerba. sí: hay yerba. pasamos a los chismes.

al final, lucho salió del clóset. ¿cuándo estuvo en el clóset? bueno, salió del clóset como puto. ah no sabía que tenía que salir, pensé que ya estaba afuera. como torta. y bue, ¿y entonces? ¡que ahora salió como puto! ¿tanto iba a tardar en darse cuenta? jajaja ¿se le notaba, decís? re. ¿vos también decís que la homosexualidad no depende del género? ¿qué? tipo en the l word, que el pibe transiciona y sigue siendo homosexual, pero como cambió de género, ahora le gustan los chabones. meh, puede ser; lo que yo creo de verdad es que la heterosexualidad es un bajón, transicionar para de repente ser hétero es como un bajón si tuviste una buena vida plena de homosexualidad. ¿entonces decís que une puede elegir hacia quién sentirse atraíde? ojalá, pero sé perfectamente que no es así. ¿ah sí? ¿cómo sabés eso, por experiencia propia? no me hagas hablar de cosas que después no querés escuchar. boludo. boludo vos. y vos, boludo, ¿cuándo vas a salir del clóset de puto, entonces? no tengo ningún clóset de puto: soy pansexual. ajá... ahora, si querés que salga del clóset de gente que se enamora de su mejor amigo, eso es otra cosa, ¿eh?
me da una palmada en el culo y rompe el pacto. lo miro con cara de orto y desesperado por que lo repita. me bajaría los pantalones para que lo repita. giraría un poco para que lo repita. abriría los cachetes para que innove.

perdón perdón...
no, está bien, cuando quieras.

creo que me calenté. o nunca dejé de estar caliente. lo miro fijo y me corre la mirada. espero unos minutos sosteniéndola. eso estuvo tan cerca. no entiendo por qué no avanza.
me excuso y me voy al baño. un rato. miro memes.

regreso cuando parece que pasó el tiempo suficiente para disipar algo de la tensión. cierro la puerta del baño tras de mí y me vuelve a golpear esa ráfaga dulzona de perfume indescifrable. siento que es más intensa que cuando llegué. esta vez no digo nada. me vuelvo a incorporar a la ronda, en fin, a la pareja de mate.

lo encuentro leyendo el diario en italiano. me pasa un mate rico, le cambió la yerba y está aprendiendo a hacer mejores mates. le pido que me hable un poco y para mi sorpresa no entiendo nada. nieto de tanos, le queda bien saber italiano. yo soy judío, no hay caso, no sé ucraniano ni íddish. sí, podríamos aprender. nos enseñemos mutuamente. ninguno sabe muy bien la historia de su familia, ninguno quiere hablar de su familia. le devuelvo el mate. nos quedamos en silencio. se ceba uno, lo toma de una sorbida. me ceba el otro. me conmueve este momento de vulnerabilidad. me acerco a abrazarlo. se deja. nos dejamos. le doy unos besos en el cuello y me sonríe. 
al final, ¿viste loco por mary? desliza, tratando de apartarme un poco torpe y evidentemente. mi familia psicobolche no me dejaba ver pelis de holliwood, las voy descubriendo de a poco. 
sí, la vi, pero me quedé dormido en el medio. sí, ya entiendo el chiste del gel de pelo. gracias por notarlo. la verdad es que ninguno lleva bien el peinado. se ceba dos al hilo, me ceba uno, me quiere dar tiempo para tomar, pero para eso necesita dotarse de una provisión extra de mate, por la espera. le brillan los ojos y sonríe. la picardía le borró toda la melancolía que casi nos invade. se levanta de la silla, me hace cosquillas y se va a buscar algo que no sabe qué es a la cocina.
miro su silla vacía, con los ojos desenfocados hasta que noto que está mojada. trato de mirarla más de cerca: está mojada. vuelve a acercarse y trato de mirarle el culo sin éxito. en cambio, descubro que le caen gotas por las piernas. hace calor. dice que va a abrir la ventana, pero vuelve a sentarse. cruza las piernas, como si nada.

vi la peli que me pasaste. ¿la aburrida? sí, esa. no era tan grave, la verdad es que me gustó. no llegó a calentarme, pero me satisfizo estéticamente. no sé si el objetivo de esas pelis es calentarte, igual. bueno, al menos, producir algún extrañamiento sobre la calentura o las formas de volver deseables a los cuerpos. claro, si lo decís así, entiendo que la onda no sea calentarse... pero sí estaban muy calientes les protagonistas, nunca vi ese nivel de dilatación. por momentos, no entendía si eran las luces o los agujeros lo que aparecía en primer plano. las dos. sí, claro que las dos, pero surtía su efecto de confusión. claro, eso: la confusión era lo más kinky del video. no sabías muy bien qué cosa era qué cosa o qué parte era qué parte, pero entre los ruidos, las luces, los ritmos y los líquidos que salpicaban la cámara, toda esa confusión era como una nube húmeda y caliente que te llevaba a sentir una sacudida. ¿ah, sí? ¿sentiste la sacudida? digamos que me la sacudí, sí. bueno, me alegra la recomendación, entonces. a mí me me la bajó el guascazo de sangre contra la pantalla, no es lo mío. ah, a mí me encantó eso, fue una de mis partes preferidas. qué pena que me dé impresión la sangre, me encantaría que me enseñaras cosas kinky para hacer.

quiero devolverle el mate. mezclo las palabras al hablar. "tomame" le digo en vez de "tomá". se revuelve en espasmos de carcajadas. 
pensé que podía ser sexy, no ridículo. no me siento bien. me siento expuesto. lo amo. no me ama.

¿por qué no puede ser lo nuestro? suelto. reparo en que estoy siendo un poco dramático.
no sé si es el porno, pero ya lo hablamos.
detrás del silencio siento que mi cuerpo es tironeado por un agujero negro. trato de concentrarme en otra cosa para no llorar. puedo sentir ese aroma dulce. respiro profundo. me lleno de su dulzura.
¿no puede tomarme y ya? ¿sostenerme en sus brazos, besarme, terminarlo todo? ¿no puede empezar así nuestra porno? empezar así y seguir con que me despedaza con su brutalidad, me atraviesa con sus palabras filosas y su insistente displicencia, me clava todas sus agujas con suavidad y me clava hasta el fondo para sacudirme con violencia, acabando sobre mí y mis rastros de sangre sobre las sábanas y las paredes blancas.

si es por la calentura del tema, cambiamos, ¿eh?
no es eso.
quizás es la testo.
no seas boludo.
¿querés hablar de nuevo? no me siento cómodo con tu comentario.

vamos a tener de nuevo una conversación difícil. no quiere lastimarme. a mí no me importa que me lastime, si al menos lo intenamos. 
blablablablabla. ya habíamos quedado en que somos amigos, no nos tiroteamos más. pero nos tiroteamos y yo voy a llorar.

-¿estás bien? se acerca y me abraza. lo huelo. suspiro. siento su piel caliente, su corazón latiendo rápido.
miro la silla que acaba de dejar para contenerme. el almohadón está mojado. él parece estar transpirado. de nuevo. estoy seguro de que esta conversación no le da lo mismo.
-¿estás seguro?
-sí, disculpá. no me pasa lo mismo.
-te preguntaba si estabas bien.
-ah, sí, claro, yo estoy bien. pero vos ¿cómo estás?
-bueno, parece que soy el único afectado por los sentimientos, ¿no?
-no digo eso, pero lo que digo es que no quiero lastimarte.
-no entiendo por qué tratás de alejarte de mí.
-no siento lo mismo que vos.
-me cuesta creerlo. loco, compartimos cada día de nuestra vida, ¿estás seguro de que no sentís nada por mí? te veo mirarme, me mirás intenso, se te dilatan las pupilas... te siento la piel caliente cerca mío...
-ya te dije que no. no la hagas más difícil.
se aleja de mí de nuevo.
-por favor, no te vayas. ¿podés seguir abrazándome?
-es que no quiero que se confundan las cosas.

en un impulso desesperado me levanto de la silla y lo tomo por las piernas. como si fuera a taclearlo, pero tan solo pretendo golpearme contra él para quedarme pegado, suplicando, patético, de rodillas, con las brazos enlazados detrás de sus huecos poplíteos.

me sujeto a sus piernas mientras me dice que no. me habla dulce y me explica por qué no. no puedo escucharlo.
sigo prendido a sus extremidades. esto va a seguir así, está bien.
somos amigos, hay límites. no sería ético. mirá si no funciona. no puedo quedarme sin mi mejor amigo. es difícil lo que te estoy diciendo, me cuesta hablar. hace calor.
siento las gotas derramarse en mi cabeza, pegada mi cara en su muslo. es romero, es ajo, es lavanda.
cuando te conocí, me enamoré. ya lo hablamos y es cierto. pero estabas con otra persona, me cortaste el rostro, nos hicimos amigos.
 me sigue explicando y cada vez explica más, más racionalmente y más chorrea. es él. en mi cabeza. bajando por mi cuello, hasta mi pecho.
para mí tu amistad no es cualquiera. es importante, la verdad es que siento que me sostiene día a día. me hace bien poder hablar de todo con vos, lo necesito. te necesito en mi vida. te necesito como amigo, sería tremendo para mí si las cosas no funcionan, si sale mal, si nos lastimamos y nos perdemos. es muy arriesgado.
estoy absorto, angustiado, en silencio, no puedo contestarle, oliendo lo dulce y ácido de su perfume imponiéndose en el aire. le gusto, lo sé, lo enciendo, pero sus palabras nos alejan. 
no sé qué hubiese pasado si esto hubiese empezado de otra forma, si hubiésemos garchado antes y luego nos hubiésemos hecho amigos... es decir, suponiendo que pasaba eso. no sé si soy una persona que esté lista para tener una historia de amor. mejor dicho, nunca fui esa persona, de esas personas.
me llama desde adentro, lo sé, lo siento, estoy pegado a él, pero no me deja entrar. sigue hablando, como si no estuviera ahí. cada vez más racional. 
no creo en el amor romántico. es algo que le hace mal a la humanidad, un invento del heterocispatriarcado. no es eso lo que quiero. no puedo prometerte nada. no puedo comprometerme, sé que puedo herir.
sigue chorreando en mi cabeza, tengo el pelo pegado a la cara, la remera mojada pegada al pecho. un charco bajo mis rodillas trémulas.
no tengo problema en hablarlo las veces que sea, pero la verdad es que me parece que no me escuchás cuando te digo que no, que no es lo que tenemos, que no quiero dar ese paso, que creo en nuestra amistad así como es y no quiero que se arruine.
se inunda la habitación, siento el agua subiendo hasta mi cintura. me dice que seamos amigos, que trabajemos juntos, que vamos a ir deserotizándonos. 
sigamos así, estamos bien. en un tiempo, si no se nos pasa, volvemos a hablar.
de su entrepierna despide un chorro furioso que impacta contra mi cara. arde. mi tabique se tuerce, mi cuerpo se desarma, se desmembra. me mareo con el golpe. me rompe. soy arrastrado, más bien proyectado -parece-. vuelo. en medio segundo veo el living desde arriba como si se despegara del paisaje. la cascada furiosa me empuja fuera de sí (lejos de él) y mi espalda colisiona contra la puerta de entrada y la abre. me desprendo. creo comprender que soy expulsado de su morada, arremetido por olas calientes que me queman y asfixian. siento ese gusto metálico en mí, la implosión de mis órganos, el derrame. el tsunami que explota contra mi cuerpo -ahora lo sé- sale de su interior. lo sé -pienso mientras me sacude y me ahoga, ya no puedo respirar, dejo de sentir- porque tiene ese olor mezcla de rosas con romero, ajo y jengibre.