no es que no hubiese esperado algo así. pero tampoco era exactamente lo que había ido a buscar. al menos, no lo que podría decirme en voz alta. perseguía más bien alguna experiencia de los cuerpos. encontrarme entre otres, encontrarles en medio de algún paso, camino a algo hacia algún sitio. en el centro de la pista, sudaba con amigues, dejando que el cuerpo se me moviera simulando seguir un ritmo en realidad impuesto. una serie de convulsiones y golpes frenéticos en el aire, el latir del corazón y los músculos de la cara, la respiración agitándose hasta el límite, eran quizás la agenda propia de mi cuerpo, negociada con el punchi contingente que resonaba como golpes en todo mi organismo (¿nadie más se da cuenta de que este ruido nos está corroyendo?). impactado. eso: estaba impactado.
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fragmentos de cuerpo que variaban algunos centímetros su ubicación en el espacio, tras el parpadear de luces como reflectores en medio de una oscuridad densa y pringosa. roces y golpes casuales, miradas esquivas y otras inquisidoras. las figuras casi humanas vestían o desvestían en general cuerpos previsibles para otres. formas de ser deseables, formas de ser levemente originales, leves incluso, aun con ropas pesadas, cadenas, implementos.
divisé a alguien del otro lado de todo eso. como en otra dimensión de lo posible. solo porque parecía mirarme, descubrí su sonrisa apretada y su cuerpo con expresión marika.
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(marikas. mi existencia pendiendo de su deseo.)
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me miraba desde el otro lado del salón con cara de lujuria despampanante, como lo hace esa gente segura de sí misma y sin nada que perder,de las que levantan siempre y no temen, ni a su cuerpo ni al cuerpo de otras. también tuve una de esas miradas una vez. ahora creo más bien que la sostengo en actitud desafiante. así sucedió esta vez y seguramente fue interpretado como una promesa salvaje, porque se acercó hasta donde yo estaba sin correr la vista de mis ojos y moviendo el cuerpo como si no hubiese tenido unos límites que cortaban el aire con sus formas filosas. yo, en tanto, conservaba el recuerdo de todo aquello y el orgullo. empujó todo y el aire hasta morderme la boca y apretarse contra mi cuerpo. mi respuesta fue asertiva y ardiente. sin apartarse más de unos mílimetros, bajó la mano hasta mi entrepierna y me informó que le interesaba llegar directo hasta mi pija: "primero te voy a hacer eyacular". apuró la mano bajo mi pantalón y corriéndome el calzoncillo encontró mi piel. sentí sus manotazos en el aire. divertido y excitado en mis propias fantasías, le largué un chorro de calentura y me abrí para que su mano encontrara el camino.
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sentí sus convulsiones o sus contorsiones sobre mí. noté su agitación dudosa contra mi dureza. escuché el sonido de nuestros rincones desencontrándose y friccionando como si pudieran tapar el ruido de la música haciendo escándalo a nuestro alrededor.
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siguieron algunas preguntas, mi cuerpo respondiendo sin interés; volvieron las fricciones sobre algunas ficciones de sus expectativas de mi carne; un manoseo rápido; unas miradas elusivas; un asunto viscoso en nuestras manos.
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nuevas preguntas y su sonrisa incómoda; mi falta de sonrisa incómoda; una propuesta irrealizable, fuera de las posibilidades de mi anatomía y de las de su imaginación.
- podés chuparme la pija
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el impacto de toda esa música, siglos de construcciones canónicas destrozadas contra mis tímpanos, conmocionando las millones de unidades vitales y todos los huéspedes en mi organismo. entre todas las palabras que se agolpaban tras mi deseo, solo una pendió de mis ideas: _autoestima_.
estaba perdiendo.
el impacto de toda esa música, siglos de construcciones canónicas destrozadas contra mis tímpanos, conmocionando las millones de unidades vitales y todos los huéspedes en mi organismo. entre todas las palabras que se agolpaban tras mi deseo, solo una pendió de mis ideas: _autoestima_.
estaba perdiendo.
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no entendió mi pija. algo así me dijo al alejarse.
extravió algo relacionado con la pedagogía o la antropología buscándola. no quise otro género que el porno en nuestro encuentro. fue una pena la escasa lectura que lo precedió y que las distancias no pudieron ser salvadas. nos chorreamos en el medio de algo antes de separarnos. en este punto, no sé si fue un levante o si nada fue levantado cuando perdió el sentido de mi cuerpo y el mío, cuando el arrebato del deseo cedió ante el furor taxonómico.
no entendió mi pija. algo así me dijo al alejarse.
extravió algo relacionado con la pedagogía o la antropología buscándola. no quise otro género que el porno en nuestro encuentro. fue una pena la escasa lectura que lo precedió y que las distancias no pudieron ser salvadas. nos chorreamos en el medio de algo antes de separarnos. en este punto, no sé si fue un levante o si nada fue levantado cuando perdió el sentido de mi cuerpo y el mío, cuando el arrebato del deseo cedió ante el furor taxonómico.